jueves, 26 de julio de 2007

Simplemente, gracias

Si tiene que haber una razón para la vida, esa razón eres Tú. Qué otra cosa podría ser más importante, qué otro motivo podría existir para llenar la respuesta a la pregunta quizá más común. ¿Qué es la vida?... ¿qué es la vida?... y qué otra respuesta podría yo tener, si en lo único que encuentro motivo lógico (por más raro que suene) es en Ti. Eres quien me dió la oportunidad única de conocerte, quién puso sus ojos en mí para enseñarme a caminar, quien me ha entregado mi espíritu y el único capás de redimirlo.

Qué motivos tienes para tenerme a mi, no lo sé. Dijiste un día que tienes misericordia de quien quieres tener misericordia, y aunque yo sea peor que muchos otros, me escogiste de todas formas, y me tienes paciencia como nadie puede tenerla.

Tu presencia invisible es lo único que me mantiene viva, y sé que eres Tú quien me abraza cuando lloro, y quién acaricia mi pelo para dormir en la noche.

Qué extraño sonaría para los demás, si les dijera lo que en verdad siento, si les dijera que el corazón casi me explota cuando estás conmigo, si pudiera explicar con palabras las sensaciones.

¡Qué locura más grande!...

Pues diganme loca por creer si ver, díganme ingenua cuando camino a la iglesia, digan lo que quieran. A mi me basta con saber que Tú estarás conmigo, como dijo el Salmista inspirado en Ti.

Gracias por escogerme a mí, gracias por darme el privilegio de ser una más en tu redil, gracias por darme la vida.

Simplemente, gracias.

The Eternal White Rose.

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